Y como se planteó la posibilidad de un mercado, por ahí busqué. Un mercado clásico, de los que tienen sus años, de los que pasaron generaciones por ahí (a menos tres). Un lugar que lo encuentro como cotidiano, familiar, cálido. Esa interacción con la persona que atiende cada puestito, el saludo por el nombre, las recomendaciones a la hora de la compra, el buen trato. La mezcla de colores, formas, aromas, texturas, sabores, todo eso que cuando uno entra a esos lugares se le llena los ojos y quiere comprar para degustarlo en su casa, solo o compartiendo con gente querida.
Y éste fue el resultado, fotografías focalizadas principalmente en el puesto de la verdulería y la fiambrería del mercado. Son planos cortos, recortes que me sirven para mostrar eso que quería y a pesar de eso que sea fácilmente reconstruible el lugar e identificable.
Todo muy lindo pero tengo que empezar a agudizar la vista, complejizar la serie de fotos. Sacarle a un conjunto de frutas está bien, pero tengo que empezar a buscar pequeñas cosas que me hablen de otra manera del lugar: el cartelito que indica que fruta o verdura con su precio, las etiquetitas que tienen por ejemplo en la primer foto los mangos, cómo me muestra la mercadería, de que manera, esa diferencia con un supermercado en donde todo está presentado de manera perfecta, empezar a mostrar un poco más algunos otros elementos que puedan aparecer que me llamen la atención y se contrapongan a la idea de invitarme a comprar lo que están vendiendo.
Debo seguir en esa búsqueda.
Y yo que pensaba que era el único con las frutas y verduras jeje.
ResponderEliminarLa verdad me dejaste sin palabras... no puedo expresar lo que senti... una cosa de locos... 3,50 la palta???? no, asi no se puede jajaja
ResponderEliminarno, buenisimas las fotos facu! sos un groso!